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Redes Sociales: plataformas de prostitución

Prostituta, puta, golfa, zorra, sexoservidora o ramera son las palabras que comúnmente se usan, por lo menos en la Ciudad de México, para referirse a una trabajadora sexual. La definición básica que da Monserrat Tubert para prostitución es: el intercambio de relaciones sexuales generalmente por dinero, en donde no existe ningún tipo de relación afectiva.

¿Qué es la prostitución en redes sociales? 

Las redes sociales resultan un buen medio para promocionar casi cualquier cosa, incluyendo intercambios sexuales. Las sexoservidoras que deciden utilizar la tecnología como medio de contacto, acuden principalmente a Twitter. La mayoría se cataloga como escort y publica fotografías, promociones, horarios, zonas de trabajo, giras y tuits con frases o preguntas que tienen la intención de provocar curiosidad en sus seguidores.

Usar las redes sociales como plataforma de trabajo funciona gracias a que, de acuerdo con la Asociación de Internet.mx, hasta mayo de 2017, 63% de los mexicanos tenía acceso a internet y la principal actividad de quienes lo usaban de forma constante era el uso de las redes sociales. El primer lugar lo ocupaba Facebook, seguido por WhatsApp, Youtube y Twitter.

La interacción consiste, usualmente, en crear diálogos con los clientes para agendar encuentros por WhatsApp, responder preguntas frecuentes o denunciar algún cliente. Sin embargo, hay usuarias que no ofrecen un encuentro físico, pero que envían videos, audios o fotografías a cambio de dinero.

– Ser escort es un trabajo como cualquiera. Como cualquier trabajo no te quedas en tu zona de confort, yo en tres años me retiro y chinguen su madre.
¿Tema tabú?
– Todo el mundo sabe lo que uno hace, pero no lo está publicando por todas partes.
Adel se dedica de tiempo completo a su trabajo como escort desde hace dos años, cuando llegó a la Ciudad de México. No sabía cuáles serían sus formas de contacto. Al llegar aquí, una amiga le contó cómo tenía que manejar su página, redes sociales, precios y cómo debía tratar a los clientes. Cree que la prostitución es un trabajo válido, sus padres saben muy bien a lo que se dedica y tiene su apoyo. Incluso le cuenta a su madre sobre algunos clientes y la forma en que interactúa con ellos. Sin embargo, no se siente cómoda cuando es encontrada por amigos o familiares dentro de las redes.
Por otro lado, Valeria Martell, se dedicó durante tres años a trabajar como escort. Abrió un blog en donde contaba sus encuentros sexuales y gracias al éxito, escribió dos libros: “Diario Erótico, Mil Noches de Escort” y “Al Punto G”.

Si bien ella no tiene ningún problema con que se sepa su identidad, incluso da conferencias sobre su experiencia y sigue haciendo fiestas para encontrar pareja o tener relaciones casuales, no quiere que su familia sepa  lo que hizo, no da detalles sobre sus eventos, entrevistas y no incita a que lean sus libros. Durante los tres años en el mundo de la prostitución vivía una doble vida: buscaba cumplir con compromisos familiares y laborales, mientras que en sus descansos agendaba encuentros sexuales con clientes.

Dentro de sus redes sociales publica fotografías y videos de su cuerpo. Actualmente no es sexoservidora, pero aún hace promociones y dinámicas enviar contenido de forma privada a sus seguidores.

 

Existen diferentes opciones de búsqueda: por recomendación de cliente a cliente, por palabras clave, hashtags e incluso algunas de estas mujeres hacen pública la locación del hotel en el que se encuentran, los interesados pueden buscar el hotel que prefirieran y descubrir quién da servicio ahí. Finalmente, otra de las opciones es entrar a una de las páginas que reúne en forma de catálogo a las escorts. Un ejemplo es Zona Divas, que deja clara su posición en contra de la trata de personas apenas se ingresa a la página y ofrece una lista con nombres y fotografías de las 500 mujeres que han decidido contratar esta plataforma. Una vez que se le da click al perfil de alguna de las chicas, es posible ver sus medidas, gustos, redes sociales y número de teléfono. Es mucho más sencillo crear un perfil en Twitter debido a que las políticas de seguridad de esta plataforma no son tan estrictas como las de Facebook. Incluso, tiene sistemas de seguridad en el que se previene al usuario de que cierta cuenta o tuit tiene contenido “inapropiado”, es responsabilidad propia ver lo que se ha adjuntado y se da la opción de configurar la cuenta para ver o no cualquier tipo de publicación.
Inversión para promoción
Tener una cuenta en redes sociales es gratuito, por lo menos en Twitter, pero esta red no resulta suficiente como medio de promoción, mucho menos cuando se empieza a trabajar como escort.
Las redes sociales son más seguras. A diferencia de la prostitución tradicional, utilizarlas como un medio de trabajo resulta mucho más seguro y práctico para las mujeres dentro de este medio. Adel nunca fue participe del contacto con los clientes en la vía pública, pero asegura que las redes sociales son mucho más seguras gracias a que tiene menos posibilidades de ser asaltada o agredida mientras espera un servicio. Por otro lado, resulta mucho más cómodo ya que puede dar información mientras realiza sus actividades cotidianas, sin tener que invertir tiempo en el arreglo personal en caso de que no se tengan citas y el horario de disponibilidad es mucho más amplio en comparación con quien trabaja en la vía pública. Además, utilizar solo redes sociales permite que el sexoservicio sea un segundo ingreso  y facilita el anonimato gracias a que se controla quién puede ver las publicaciones, quién puede seguirlas y  a quién responderle.
Pasos para garantizar la seguridad
El hecho de solo dar información por WhatsApp no garantiza cercanía con el usuario, las escorts no se conforman con ver la foto de perfil del contacto o tener el número de teléfono, los riesgos van desde una cita falsa, hasta una agresión física. Adel no atiende clientes que han sido groseros por teléfono o mensajería. Antes de sus citas, pide que el cliente se instale en el hotel acordado. Una vez que el usuario le dio toda la información sobre su habitación, ella llama al establecimiento para comprobar el registro y solo cuando se asegura de que todo está en orden, comienza a preparase para acudir a su cita. Acostumbra ir siempre a los mismos hoteles debido a que sabe que tienen seguridad y que en caso de tener algún problema, la apoyarían. Jamás iría a casa de algún cliente y no considera seguro invitar alguno a su departamento, a diferencia de otras escorts que no tienen problemas con dar servicio en sus hogares. Además, con el fin de garantizar clientela,  le dice a todos los que la contactan que se encuentra disponible aunque  las citas se empalmen, pues dice que no siempre hay certeza en las llamadas. Una vez que el primer cliente se instaló, coordina el resto de las posibles citas.
La forma de trabajo de Valeria era similar aunque ella sí acudía a las casas de los clientes que la frecuentaban. También acudía siempre a los mismos hoteles en donde acostumbraba dejar propina para los camareros con el fin de que garantizaran sus seguridad. Ella no atendía a nadie que hubiera ingerido alcohol o drogas y no agendaba con quienes intentaban obtener un descuento en la tarifa. Además de estas medidas, ambas cuentan con un chofer que asegura que lleguen bien a su destino y que todo esté bien una vez que ha terminado el servicio. Ellos saben muy bien a qué se dedican sus clientas, conocen su forma de trabajo e intentan garantizar su seguridad. Ellas también tienen dos teléfonos, uno para llamadas de negocios y uno personal.
Giras
Con el tiempo, las escorts obtienen fama y admiradores no solo en otros estados de la República, sino en otros países. La idea de las giras es que quienes no viven en la Ciudad de México puedan conseguir una cita con las chicas que siguen. El recorrido es planeado por ellas mismas de acuerdo a la demanda que tengan en cada ciudad o bien, de acuerdo a la cantidad de trabajo que otras mujeres aseguran que hay en algún lugar. Adel asegura que actualmente el norte de México es la zona con más oportunidades de contratación y planea viajar por Chile durante todo un mes. Las escorts se instalan en un hotel fijo durante los días que permanecen en cada ciudad y una vez establecidas comienzan a hacerse promoción en sus cuentas de Twitter. Suben fotografías, tiempo de estancia y lugar en el que se encuentran. Las citas también se agendan por WhatsApp. En caso de no haberlo pactado previamente, y el servicio se da generalmente en el mismo hotel, pero en otra habitación. Por día, durante una gira, las escorts pueden atender de cinco a ocho clientes ya que es el número suficiente para recuperar gastos de transporte, alimentación y estancia.
Precios
Todos los precios parten de una misma base, oscilan entre los mil 700 y dos mil 500 por hora y el cliente debe pagar la habitación de hotel. Cada escort incluye dentro de su tarifa diferentes características del servicio. Pueden subir el precio de acuerdo a lo que se solicite e incluso, pueden hacer paquetes o tratos con los clientes. Si el usuario desea dos horas de servicio, probablemente se le haga un descuento que va de los 200 a los 500 pesos.  Ambas  cobran dos mil 500 pesos como servicio base y Valeria llega a cobrar hasta 25 mil por el día completo.
Formas de pago
 Lo común es el pago en efectivo, sin embargo, algunas chicas piden un depósito como anticipo con el fin de asegurarse que la cita se llevará a cabo o en caso de que sea cancelada, no tener pérdidas. Adel acepta pago en efectivo o con tarjeta gracias a las terminales portátiles y la transacción debe de hacerse solo antes del encuentro sexual.
Por otro lado, Valeria solo aceptaba efectivo y le pedía a sus clientes que antes de comenzar, dejaran el dinero en un lugar visible. Al terminar ella lo tomaba y salía de la habitación. La intención era eliminar la tensión que el pago pudiera generar.
¿Amistad entre sexoservidoras?
Valeria y Adel hacen tríos y shows lésbicos. Esa es la forma más común para generar contacto con otras mujeres que se dedican a esta profesión, evidentemente las tarifas se elevan dependiendo de lo que solicite el cliente. Sin embargo, aunque el contacto para hacer este tipo de servicios se genera entre ellas mismas, no hay amistad. La relación es completamente laboral. Se siguen en redes sociales para promocionarse entre sí, actualizarse sobre lo que ofrecen o apoyarse en caso de que falsifiquen alguna de sus cuentas, las cierren o sean víctimas de algún acto de violencia por parte de un cliente.
Es mejor la independencia
 Se sabe que en el mundo de las escorts existe la trata de personas o bien, agencias que reúnen mujeres a las que les hacen promoción, definen sus horarios y les consiguen clientes. La ventaja es que en este tipo de agencias, las trabajadoras no deben preocuparse por los pagos mensuales para vivienda, las mensualidades de páginas como Zona Divas, ni de la actualización y seguimiento de redes sociales, siempre y cuando se cumpla con la cuota establecida y con el trabajo al pie de la letra. Sin embargo, las dos entrevistadas afirman que es mucho mejor ser una escort independiente. Por un lado, se maneja el tiempo de acuerdo a las actividades personales, se puede tener trato directo con el cliente y así generar más confianza, todas las ganancias son directas, no hay necesidad de compartir casa o departamento y existe mayor privacidad.
No es permanente
Valeria es licenciada en finanzas, estudió teología y sexología. Ingresó a la prostitución a los 30 años debido a una deuda que le era imposible pagar con sus ingresos regulares. Gracias a este trabajo, logró cubrirla a los seis meses y al terminar, decidió quedarse tres años, tiempo suficiente para ahorrar y comprar una casa propia. Actualmente trabaja en una oficina, explotando su carrera en finanzas, organiza fiestas para conocer gente, y promociona sus dos libros.
Adel  tampoco ve esta profesión como un trabajo a largo plazo. Su meta es ahorrar para poner un negocio y establecerse con su familia.

 

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