Cuántos de nosotros no nos enamoramos de las rutinas de patinaje con las que nos deleitaron las rusas, canadienses y japonesas. Caer en un salto, en una cuchilla no más gruesa que tu teléfono inteligente, por donde estas leyendo esto, después de dar cuatro giros en el aire y aterrizar en un solo pie, es algo que si no lo viera me imaginaría que me estas hablando de una película de George Lucas.
El último día de competencia en el patinaje artístico de Pyeonchang. La realidad me alcanzó. Me di cuenta que nunca más iba a poder deleitarme con estos deportistas fue de serie. Me di cuenta que mi itinerario deportivo volvería a ser el mismo de siempre.
En mi depresión postjuegos olímpicos de invierno, me aventuré a la pista de San Jerónimo. Ahí observe todo un entrenamiento de las patinadoras y patinadores artísticos mexicanos. Al término de su práctica, me acerque a preguntarles lo que todo el día estuvo en mi cabeza: ‘¿Por qué el patinaje no es un deporte profesional en México?’ Las patinadoras rieron y contestaron ‘no existe ningún tipo de apoyo’.
La Pista de San Jerónimo, como otras tantas que existen en la Ciudad de México, fueron hechas para el entretenimiento del mexicano, no para el deportista, por lo que la seriedad que se le da al patinaje artístico es nulo. Los horarios son pocos, el espacio es pequeño y el costo de los patines, vestuario y entrenadores es algo que muy pocos en este país se pueden dar el lujo.
El problema también tiene otra vertiente y es el poco futuro que tiene este deporte en el país. Al no existir las condiciones necesarias para practicar este deporte, los que tienen más talento y dinero, buscan en Estados Unidos una oportunidad. Varias adolescentes mexicanas persiguen su sueño en el país del norte, donde el gasto es tanto que varias familias no pueden sostenerlo. ‘Además las patinadoras profesionales no ganan los millones como los futbolistas, solo si te encuentras dentro de las mejores del mundo puedes mantenerte de esto’.
Así que mientras no exista este apoyo para un deporte tan caro, disfrutaremos de estas rutinas cada cuatro años.
Te dejamos una de las mejores rutinas de patinaje en pareja que hubo durante Pyeonchang 2018.