Santa Fe es una de las zonas más caras y lujosas de la Ciudad de México, pero solo en el exterior. Debajo de sus pavimentos reina una montaña de basura.
Las familias de clase alta del Porfiriato jamás se imaginaron que la zona que ellos usaban para practicar tiro, relajarse y hacer días de campo se convertiría en un área árida a causa de la explotación de minas o peor aún: en un basurero.
Precisamente la lejanía de Santa Fe que en tiempos revolucionarios daba tranquilidad y descanso de la ciudad, provaocó que fuera utilizado como basurero desde la década de los 40. El tiradero contaba con 50 hectáreas y tenía una profundidad de 80 metros. La basura que acumularon las generaciones de mediados del siglo pasado es ahora pisada por miles de universitarios, incontables oficinistas, retumba en las noches con las atracciones nocturnas y es cama de cientos de familias que se apilan en altos edificios lujosos.
El basurero de Santa Fe fue creado oficialmente en 1958. De acuerdo con el trabajo de investigación de Berenice Ayala del Instituto Politécnico Nacional se recibían desechos de las delegaciones Benito Juárez, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y Álvaro Obregón.
Actualmente, el promedio de llegada de las primeras tres delegaciones mencionadas hasta el basurero Santa Fe va de una a dos horas. Ahora la basura que se genera en la Ibero es llevada al Borde de Xochiaca. El recorrido es poco menos de dos horas en coche con poco tráfico.
Como se ha visto antes, la Ibero genera 880 kilogramos de basura orgánica al día. Hacen falta 2,954 días para generar la basura que se acumulaba al día en el basurero Santa Fe que operaba de 7:30 a 20:30 horas y que recibía a 547 camiones. Se estima que a lo largo de su historia, este tiradero recibió en total 33 millones de toneladas de basura orgánica e inorgánica. Desafortunadamente todos estos residuos fueron enterrados con el peligro constante de acumulación de gases, lo que requiere de un sistema de ventilación.
La Ibero llegó a lo que antes era habitado por pepenadores, mineros y roedores en 1982 como parte del proyecto de expansión de la Ciudad de México y ayudando a la construcción de calles y avenidas. Sin embargo el basurero cerró oficialmente en 1994 y se tuvo que conseguir un reemplazo para que la clase alta de la ciudad no conviviera directamente con sus desechos. El Bordo de Xochiaca recibe 200 toneladas de basura diarias, el equivalente a 227 días de basura orgánica de la primera universidad de esta zona empresarial.