A las 13:14 con 40 segundos tembló el martes 18 de septiembre de 2017. “La Esperanza” cayó 45 metros de altura desde una de las torres de la Catedral. Sus hermanas “La Caridad” y “La Fe”, las tres parte de la triada escultórica neoclásica de Manuel Tolsá, giraron sobre su base, fragmentando sus partes inferiores.
La parte alta de las torres sufrió daños estructurales que requirieron apuntalar en su momento desde el interior para evitar su colapso, y sus cruces igual sufrieron daños. Después del desmantelamiento de las otras esculturas que decoraban las torres se descubrió que estas no estaban ancladas, solamente sobrepuestas.
“Se cayó la escultura de Manuel Tolsá, pero nos dimos cuenta que él no las ancló sino que simplemente estaban sobrepuestas», explicó el funcionario Delgado Lamas.
El sistema de monitoreo por sensores instalado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM indicó que los retablos, el altar y las capillas no resultaron dañados. Y a pesar del miedo por el desplazamiento que haya podido provocar el sismo, la Catedral no está en riesgo de hundimiento (de acuerdo con trabajadores de la Catedral, ésta quedará elevada sobre el Zócalo conforme la ciudad se hunde tres centímetros cada año).
Los daños parecieron mínimos. Sin embargo, la Comisión de Reconstrucción estimó que tan sólo la reparación de la Catedral Metropolitana, llevada a cabo por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), requeriría por lo menos 54 millones 60 mil pesos, y alrededor de tres millones más tan sólo para realizar los estudios necesarios para llevar el proyecto ejecutivo de rehabilitación a cabo y por lo menos un año para completarlo.
En toda la República resultaron dañadas, de acuerdo con datos de la Conferencia del Episcopado Mexicano: 17 catedrales, 4 basílicas, 44 santuarios, 76 conventos, 226 capillas, 31 casas parroquiales, 140 parroquias, 11 espacios seminaristas, y otros 30 inmuebles católicos sin identificar.
La Secretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI) catalogó 813 inmuebles afectados de mil 757 con características patrimoniales hasta septiembre de este año en los censos que ha llevado a cabo mensualmente desde el sismo. Para la restauración de 95 de estos inmuebles la Comisión para la Reconstrucción asignó un total de 23 millones 930 mil pesos, adicionales a lo que se contará por recursos federales del Fideicomiso de Desastres Naturales (que ya fueron aplicados para asegurar la estructura en la Catedral), además de aseguradoras.
Un año después del sismo, las esculturas apenas comienzan su restauración, la cúpula aún no está reconstruida y aún se pueden ver andamios en las torres que permanecen en obras de reparación. En entrevista con el guía Guillermo Luna, reveló que aún no se sabe si las estatuas originales volverán a colocarse y que se crearan unas réplicas exactas con fibra de vidrio, mientras que la cruz sigue en restauraciones y el muro de la entrada poniente ya está completamente restaurado. Casi 14 meses después no existe aún una fecha de apertura de las visitas guiadas a los campanarios, aunque se siguen utilizando, como señaló Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México.
En la Catedral aún se observan vestigios de obras que parecen abandonadas o no avanzar, y que no tienen promesa de reapertura hasta por lo menos, y muy tentativamente, mediados del próximo año. Y aún en toda la República Mexicana quedan 5 mil 284 inmuebles (no todos patrimonio) pendientes de revisión, de los cuales se desconoce su estado, y si se requiere hacer los mismos estudios para una rehabilitación. El plazo de un año parece alargarse hasta un futuro incierto.
Fernanda Cortina es una fotoperiodista de la Ciudad de México. Sígueme en: instagram / facebook / twitter