- El primer empeño en Nacional Monte de Piedad fue un aderezo de diamantes, por el que Francisco Carabantes recibió un préstamo de 40 pesos el 25 de febrero de 1775
Con 343 sucursales a lo largo de la república mexicana, el Nacional Monte de Piedad ha
sido, desde 1775, la casa de empeño más importante del país. Funge como una institución de asistencia privada sin fines de lucro, cuyo modelo de negocio se enfoca en el financiamiento social por medio de préstamos prendarios.
Hoy, el Monte de Piedad se encuentra en medio de una modernización. Así lo dicta una
tendencia que, sin hacer mucho ruido, podría ser de consideración para una institución
con casi 250 años de existencia: las casas de empeño en México se han reducido de 12 mil
800 a 8 mil 500 sucursales a lo largo del país.
¿La razón? La bancarización. Según explica Javier de la Calle, director general del Nacional Monte de Piedad, es la entrada de nuevos jugadores como las sociedades financieras de objetos múltiples (sofomes), sociedades financieras populares (sofipos), y ahora las fintech, la principal responsable del desplazamiento de las casas de empeño.
En Monte de Piedad se puede empeñar desde un anillo hasta un automóvil, siendo las
joyas y los relojes los artículos predilectos de sus clientes. Trabaja con un esquema de
trabajo tan eficiente, que ya ha sido adaptado en naciones como China o India.
Cuentan con dos formas de pago: el Empeño Clásico, que otorga hasta 20 meses de plazo
para pagar en caso de empeñar una joya o reloj (más 3.5 por ciento de interés más IVA), y
el de Pagos Libres, en el que el cliente tiene la libertad de elegir cómo y cuándo pagar de
acuerdo a sus posibilidades (más 4.3 por ciento de interés más IVA). Se trata de las tasas
de interés más bajas en todo el mercado prendario en México.
En caso de no cumplir con el pago en un plazo de hasta 20 meses en joyas y relojes, los
artículos empeñados saldrán a la venta. Pueden ser todavía recuperados, siempre y
cuando se paguen los intereses moratorios por los días de retardo, más el monto de
desempeño a pagarse originalmente. Con todo esto, el Monte de Piedad tiene un increíble
porcentaje de recuperación de 99.9 por ciento de las prendas que reciben.
De acuerdo con De la Calle, en 2017 se otorgaron 10.4 millones de préstamos, con un
promedio de 37 mil préstamos diarios en todo el país, además de un monto total de 28
mil millones de pesos a 2.2 millones de clientes. Se reciben, de manera aproximada, un
millón de artículos mensuales en sus distintas sucursales, que también han comenzado a
recibir teléfonos celulares, consolas de videojuegos y motos acuáticas.
Para una institución cuya filosofía no es otra que la de ayudar a aquellos que más lo
necesitan, el concepto de trascendencia lo han sabido aterrizar. Aquí es donde entra el pago de demasía: en caso de que un cliente de un objeto por perdido, por cualquier razón, el Nacional Monte de Piedad lo venderá, pero sin no se apropiarse de su costo generado como utilidad. En su lugar, se transfiere la demasía a instituciones de asistencia privada en forma de donación (por ejemplo, se han donado 60 ambulancias a la Cruz Roja con el sello del Nacional Monte de Piedad.)
De esta manera, el objetivo de su fundador, Pedro Romero de Terreros, se sigue
cumpliendo a cabalidad. A la fecha, el Monte de Piedad es dirigido por un descendiente
directo de sangre. Hoy, lo hace Pedro Romero de Terreros Gómez Morín, que representa a la onceava generación de un hombre cuya visión de asistencia social, tras una
independencia y una revolución, se mantiene intacta para cualquier habitante del país.
Andrés Arnau es un estudiante de Comunicación en la Ciudad de México. Sígueme en: twitter / instagram