Entre uno de los muchos tabúes que existen en la sociedad mexicana, sin duda, uno de los más populares es la masturbación femenina. Tan es un tema escabroso que pocas veces se ha hablado de ello abiertamente e, incluso, en el caso de quien escribe, existió la absurda necesidad de pedir autorización para tocar el tema. Sin embargo, tanto en hombres como en mujeres es una práctica muy común. De hecho, la masturbación en ambos sexos se manifiesta desde la infancia como un impulso de placer y exploración, la línea de la represión en su práctica se dibuja más adelante por cuestiones sociales y/o culturales.
Para conocer la frecuencia y otros aspectos de esta actividad, se aplicó una encuesta a 50 mujeres para conocer su postura, y los resultados fueron los siguientes:
Únicamente 13 por ciento de las mujeres encuestadas dicen no masturbarse y otro 13 dice hacerlo rara vez; esto deja 28 por ciento que lo hace entre una y tres veces por semana, 21 de tres a cinco y 23 por ciento de cinco a siete. Un 95 por ciento de las mujeres cree que esta es una práctica común; sin embargo, el sondeo indica también que únicamente 34 por ciento habla abiertamente sobre el tema ¿El motivo? Treinta y seis por ciento lo atribuye a vergüenza, y otro 30 a que nunca se ha dado la ocasión; esto quiere decir que únicamente 34 por ciento de las mujeres encuestadas se siente cómoda hablando del tema, ya que defienden que es algo de naturaleza humana.
Mientras que para los hombres hablar de masturbación forma parte de la agenda desde la temprana adolescencia, para las mujeres, aún en edad adulta, sigue siendo un tema del que no se habla; esto, ligado a que entre ellas se llega a catalogar como una práctica relacionada con la promiscuidad, la indiscreción o, en ocasiones, hasta con la “desesperación”. Es preciso especificar que estas diferencias no solamente tienen su origen en una cultura machista como la de nuestro país, sino que también se refuerzan a través de internet. Según un artículo publicado por la BBC, las entradas a internet relacionadas a la masturbación por parte de las mujeres, suelen ser de carácter pornográfico, mientras que en el caso de los hombres suelen ser de tipo informativo.
Con afán de romper con este estigma se realizó un listado de los principales beneficios de la masturbación femenina que NO tienen que ver con la vida sexual, pero sí con la necesidad de su práctica recurrente en la vida de todas las mujeres:
Tras los resultados obtenidos, es evidente que la masturbación femenina es una de las prácticas que se deben normalizar cuanto antes, ya que esto representaría no solamente un cambio de paradigma en la sexualidad de las mujeres, sino que también implicaría el inicio de una ola de información sobre el tema que puede cambiar su vida y de las personas a su alrededor; masturbarse y hablar de ello no sólo está bien, es necesario.
Pamela Herrera es una escritora de la Ciudad de México. Sígueme en: facebook / wordpress