«Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma», Agrado, personaje transexual del filme Todo sobre mi madre de Pedro Almodóvar
El cineasta español tiene una cosa muy clara: las mujeres fueron, son y serán el eje principal de todas sus historias. Durante toda su obra, el autor aborda temas recurrentes, entre ellas temáticas queer representadas muchas veces con un personaje homosexual, como lo vemos en La ley del deseo (1987) y en Todo sobre mi madre (1999), y perversiones sexuales como lo muestra en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980).
Sus musas son las mujeres y su empoderamiento, tema esencial de sus obras. El español logra catapultarlas en sus filmes desde diferentes miradas; ya sea en historias sobre heroínas cotidianas o desde diversas perspectivas de la maternidad, como lo logra con la protagonista Manuela, en Todo sobre mi madre.

El director, como lo ha dicho en varias ocasiones, siempre mantiene el lugar estelar para las mujeres y las relaciones que éstas mantienen; esto, por tener una relación muy cercana con ellas durante toda su vida, empezando por su familia. Almodóvar se entregó a ellas desde que era pequeño, pues fue criado en un ambiente femenino.
“A Bette Davis, Gena Rowlands, Romy Schneider… A todas las actrices que han hecho de actrices, a todas las mujeres que actúan, a los hombres que actúan y se convierten en mujeres, a todas las personas que quieren ser madres. A mi madre”, con esta frase Almodóvar cierra el filme Todo sobre mi madre, en el que hace alusión a las musas de su vida y obra.

Esta película explora el proceso de duelo de Manuela, personaje que interpreta al argentina Cecilia Roth, por la muerte de su hijo Esteban (Eloy Azorín). A raíz del accidente de Esteban, Manuela siente la necesidad de buscar al padre de su hijo, y decide viajar a Barcelona para encontrarlo. Al llegar a esa ciudad, se reúne con Agrado (Antonia San Juan), una mujer transexual y antigua amiga suya, que le ayuda en su travesía.

Entre las temáticas que aborda esta filme -uno de los más icónicos del director-, está la transexualidad. Este tema, acompañado del travestismo y el Sida, desafía los cuestionamientos de una sociedad española muy conservadora a la cual pertenece Almodóvar. Con esto, también explora expresiones que dan puerta a la provocación social y política.
La sexualidad es uno de los aspectos que estructuran la personalidad de cualquier persona. En el caso de un transexual, este hombre o mujer, tiene un cuerpo con características genético-sexuales opuestas con las que se identifica, esas que considera adecuadas y verdaderas. Por lo tanto, los transexuales modifican su cuerpo para lograr la mejor armonía posible con su mente y conseguir que su anatomía coincida lo más posible con su identidad de género.
En los últimos años, el debate sobre la transexualidad se ha abierto, y de cierta manera aceptado; sin embargo, en 1999 cuando Almodóvar jugó con Agrado, un personaje transexual, todavía había cierta resistencia al tema dentro de la sociedad española, tras la era del franquismo, y lo que hizo el director español fue incluir en su cine una realidad parcialmente oculta en la sociedad.
En ese momento histórico en el que era más difícil tener acceso a información sobre la transexualidad por los medios de comunicación, él creó una plataforma para hablar de ello.
Sin embargo, ¿por qué Almodóvar habría de utilizar a la actriz española Antonia San Juan para el papel, sin ser transexual.? Aunque San Juan completó sin mayor dificultad el papel y con el cual ha recibido varios premios, entre ellos una nominación a los Premios Goya como actriz revelación, muchos se preguntan si este papel lo hubiera encarado mejor una persona transexual.

A lo largo de la historia, la transexualidad se ha tratado como un tema de una minoría, y el punto de quiebre que establece Almodóvar es el tratamiento: abierto, común y, sobre todo, identificable. El director le da un espacio de expresión también a los travestis, homosexuales y bisexuales dentro de toda su obra, cuestionando así los roles establecidos en la sociedad. Almodóvar quita el estigma hacia estas llamadas minorías y la connotación que tienen como un “peligro moral”.
En Todo sobre mi madre, el cineasta no hace distinción entre una mujer transexual (Agrado), y una que nació biológicamente así (Manuela), pues en sus narrativas solo ellas se preocupan de su sexualidad, nadie más.
Georgina Bailón es una periodista de la Ciudad de México. Sígueme en: twitter / instagram