¿Cuánta gente ha venido a las funciones de lucha libre durante estos 85 años?
“… entonces más o menos haciendo un cálculo así muy a grosso modo, me di cuenta de que han sido aproximadamente unos 110 millones de personas, a lo largo de la historia”, Hugo Monroy, integrante del equipo de prensa y relaciones públicas del CMLL
Máscaras, capas, peleas, gritos, cerveza, fiesta y amigos son los elementos que llenan la noche de los martes, viernes, sábados y domingos las arenas de la Ciudad de México y otros estados del país.
Este espectáculo, acompaña a los mexicanos desde 1863.

La lucha libre mexicana, como hoy la conocemos, tiene su origen en las luchas grecorromanas, se vio un rastro de ella -por primera vez- en nuestra tierra durante la Intervención Francesa, cuando Enrique Ugartechea, considerado el primer luchador mexicano, mezcló los conceptos básicos de lo que era la grecorromana con elementos de la cultura mexicana.
La lucha libre entró en un periodo de reposo, para manifestarse de forma impactante en la primera década del siglo 20, cuando Giovanni Relesevitch, Antonio Fournier, Conde Koma y Nabutaka, entre otros empresarios, se interesaron en incluir en sus espectáculos de entretenimiento a luchadores mexicanos.
Sin embargo, no fue hasta septiembre de 1933 que dichas figuras encontraron en la Empresa Mexicana de Lucha Libre, fundada por Salvador Luttherot González, un hogar para desarrollarse como espectáculo independiente.
Dicha empresa sigue funcionando bajo el nombre de Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), considerado el de mayor categoría en México.
La lucha libre no solamente es un espectáculo de arenas; también un evento mediático, cultural y comercial.
A lo largo de su historia, la lucha libre mexicana se ha diversificado en distintos mercados comerciales: la industria televisiva, cinematográfica, radiofónica, de indumentaria y moda, editorial, turística, de juguetes, de souvenirs y de alimentos, entre muchas otras; por lo tanto, debe ser identificada y analizada como tal.
Partiendo de este argumento, resulta innegable que la lucha libre es parte de nuestra cultura, porque aunque un sector no esté interesado en el espectáculo, ser un evento masivo le da identidad.
A pesar de ello, al pensar en la lucha libre como un evento mediático y comercial en México, debemos de tomar en cuenta a la población mexicana, pues por más viva que se encuentre la lucha libre, debe de haber quien tenga interés en consumirla.
En siete entrevistas realizadas a miembros del Consejo Mundial de Lucha Libre (Luchadora Reina Isis; Luchador Templario; Juan Manuel Mar, programador; Edgar “el gran” Noriega, referí; Doris Cerro, promotora; Ramón Cerro, productor y director de cine de lucha libre y Hugo Monroy, integrante del equipo de prensa y relaciones públicas de la Arena México), todos coinciden en que la lucha libre se encuentra en una de sus etapas “boom”, y que la clave siempre es el público.
En una encuesta realizada a 300 personas de todas las edades y sectores socioeconómicos, se concluyó que 90% de ellos conocen la lucha mexicana, y que 89% considera que la lucha mexicana es un elemento cultural sumamente importante; sin embargo, solamente 50% ha asistido a una arena de lucha libre, 52% ha visto una película de lucha libre mexicana, y solo 56% ha visto lucha libre mexicana en televisión.
Esto se debe a dos errores principales: “para empezar, no es suficiente reconocer la lucha libre, también es necesario interesarse en ella, y si no interesarse, por lo menos visitar alguna arena una vez en la vida. Hay que tomar en cuenta que la lucha libre mexicana ha sido nombrada patrimonio cultural nacional, y que se le rinde homenaje el día 21 de septiembre de cada año; por lo que, como mexicano, es prácticamente igual de decepcionante no conocer la lucha libre mexicana, que no conocer las pirámides de Teotihuacán”, dijo Ramón Cerro, Director y productor de películas de lucha libre mexicana
En segundo lugar, es necesario reconocer que, comparado con otros eventos de entretenimiento en vivo, la lucha libre es alcanzable a nivel económico (con boletos que van desde 65 a 500 pesos), pero no alcanzable en cuanto a número; es decir, en México existen dos compañías de lucha libre conocidas: Lucha Libre AAA y el Consejo Mundial de Lucha Libre. De estos dos, solamente el CMLL cuenta con dos arenas para presentar sus espectáculos, ambas se encuentran en la Ciudad de México: la Arena México, con cupo para 15 mil personas y La Arena Coliseo, para cinco mil personas; por lo que, a pesar de que el CMLL cuenta con distintos promotores de lucha que se dedican a llevar este tipo de espectáculos a otros estados del país, no existe una constante que los asegure de manera cotidiana.
“Como promotora de lucha libre mexicana desde hace unos… 30 años, te puedo decir que cuando tú vendes un espectáculo, la Arena México y la oficina del Consejo, no se encarga de la publicidad. O sea, es necesario que tú, como promotor, te organices con tu cliente, que usualmente es un privado, ya sea una institución gubernamental, empresarios, instituciones educativas y demás, en quién va a encargarse de la publicidad… si tú como promotor. Y entonces, lo incluyes en el presupuesto, o si ellos como independientes (sic). Igual te puedo decir, que la arena rara vez le pide a un promotor que lleve un evento sin que sea contratado; me refiero a que la mayoría de los espectáculos que se presentan en otras partes del país, son contratados por privados. No son idea de la arena como tal, relata Doris Cerro, Promotora del CMLL.
Asimismo, cuando le preguntamos a los luchadores sobre sus trabajos publicitarios, explicaron: “aquí, en la Arena México, hemos trabajado para algunas telenovelas; hemos salido en unos capítulos… y pues eso es algo padre”, aseguró Templario.
“Pues tanto como publicitario, no. He ido a casas hogar, telenovelas también…”, aclaró la luchadora Reina Isis
Detrás de estos argumentos está que la Arena México no invierte en publicidad para espectáculos ni a nivel interestatal ni a nivel intraestatal. A pesar de que cuenta con un canal de YouTube y lanza anuncios sobre la cartelera de la semana o sobre espectáculos especiales, los difunde solo para personas que ya se encuentran interesadas en la lucha libre. Es decir, muy rara vez veremos publicidad de Lucha Libre mexicana en televisión, en redes sociales o en algún otro medio abierto al público en general.
“Mira, yo en mi caso… yo soy de Tlaxcala, yo dos horas hago de camino desde hace siete años, entonces yo creo que no hay ningún obstáculo para conseguir tus sueños”, comentó Templario, luchador.
Otro conflicto al que se enfrenta la lucha libre mexicana es la educación. Las escuelas de lucha libre profesional se encuentran lejos, y si bien es verdad que las ganas de uno son suficientes, hacen falta más escuelas serias. Existen muchas escuelas que no son verdaderamente profesionales, debido a que los profesores se prepararon junto con otros profesores que aunque estudiaron lucha, no lo hicieron en escuelas oficiales, o nunca ejercieron lo aprendido.
“Ha sido tanto el auge en la lucha femenil hoy en día, que ya te encuentras muchas luchadoras de Facebook, muchas pseudo-luchadoras, gente que no es profesional; muchas chicas, ¿no?, que ni siquiera han estudiado lo suficiente para subirse a un ring”, confirmó Reina Isis
Las únicas escuelas oficiales que existen, son la del CMLL y la de la AAA, ambas se encuentran en la Ciudad de México.
En la encuesta previamente mencionada también se preguntó cuál era el interés personal en asistir a un evento de lucha libre y en una escala del 1 al 10, se encontró lo siguiente: en el nivel 1, obtuvimos 12%, en el nivel 2, 3%, en el nivel 3, 9%, en el nivel 4, 7%, en el nivel 5, 13%, en el nivel 6, 16%, en el nivel 7, 8%, en nivel 8, 14%, en nivel 9, 6% y en nivel 10, 13%.
Por lo que podemos concluir que el interés de la gente existe, solamente hace falta darle un motivo.
La lucha libre mexicana es una institución que merece que se le rinda homenaje; sin embargo, y antes que nada, hace falta el interés de la gente, que a su vez debe de ser motivado tanto por las instituciones que la crearon y engrandecen, como por las instituciones gubernamentales.
Asimismo es necesario que se invierta en hacerla crecer, no solamente en otros estados, sino también, ¿y por qué no?, en otros países. Los medios de comunicación mexicanos, deben también de cumplir dicha tarea, pues es por ese medio que la lucha libre mexicana puede comenzar a expandirse con mayor facilidad.
“Por lo pronto, como ciudadanos, debemos de comprender que la lucha libre mexicana es un patrimonio cultural y que resulta, de verdad, imperdible e imposible no valorarla. Como mexicanos, la lucha libre es un “must”, porque además de estar disfrutando de un espectáculo divertido y diferente, estaremos apoyando al talento y la cultura de nuestros hermanos”, concluyó Ramón Cerro.
Isadora Gallart Cerro Laboratorio de comunicación periodística