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México 68: recuerdo perdido

Un país hipnotizado por el futbol y 'condenado' a olvidar los acontecimientos histórico-culturales importantes. A 50 años de México 68, así las cosas

Se cumplen 50 años de uno de los eventos más grandes de México y América Latina. Un acontecimiento que marcó la historia para muchos personajes de diferentes países, que fueron testigos de los juegos Olímpicos más representativos; sin embargo, eso no fue el mensaje y la percepción de la conmemoración de estos. ¿A caso fue falta de interés?

“La Universidad Autónoma de México (UNAM), nos invitó a competir como exhibición, nada más, y después de eso, a una ceremonia conmemorativa para recordar los Juegos Olímpicos», comenta Ernesto Santillán, uno de los atletas invitados. «El problema de la UNAM es su marketing… no hicieron nada de publicidad al evento. Los medios sabían, pero la gente no sabia. No hubo nada en redes sociales sobre este evento, y además fue todo de último momento”. Qué decepción que no se aprovechara la capacidad y el alcance de la UNAM para celebrar un evento de tal magnitud en su vigésimo quinto de aniversario.

No podemos olvidar que México fue el foco del mundo a partir del 12 de octubre de 1968, al ser uno de los eventos deportivos más emblemáticos. Estos juegos tienen muchos factores que lo califican así: fueron los primeros en los que la ciudad sede estaba en un país en vías de desarrollo; además, fue el primer país de América Latina en llevar a cabo un evento de talla internacional de semejante calibre. Tuvo impacto al exterior y en el interior del país, siendo estos los primeros en tener una transmisión a color y en vivo, ¡un hecho histórico indiscutible! Cabe mencionar que, fueron juegos en los que se registraron récords mundiales y olímpicos alcanzados y superados, a pesar de ser realizados en una ciudad con dos mil 240 metros de altura. Algunos de estos récords siguen vigentes en la actualidad.

A nivel de organización y de eventos deportivos, México 68 fue uno de los eventos con más impacto interno y externo. A nivel nacional, se manifestó en varios ámbitos: se creó infraestructura en el país, motivando así un crecimiento, no solo económico, sino cultural, social y deportivo, y se rompieron muchos paradigmas, los cuales dejaron un legado para el país. Sin embargo es una herencia que se ha ido perdiendo por el poco fomento al deporte y por los problemas sociales que azotan al país.

“… durante los Juegos Helénicos se establecía una tregua; hoy deseamos que la llama sea un símbolo de paz en nuestro mundo. Por ello verán estampada en las camisetas deportivas de los corredores la paloma de la paz… México es el primer país que ha captado en toda su grandeza, el verdadero sentido que los antiguos griegos concedían al festival helénico”, dijo el secretario del Comité Griego, Pyrros Lappas, sobre el proyecto de los Juegos Olímpicos México 68. El arquitecto Pedro Ramírez Vázquez se encargó de recuperar la esencia de los Juegos Olímpicos griegos con el significado que le dio a la ceremonia y a las estructuras deportivas y culturales que se hicieron como la ruta de la amistad.

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Manteniendo esta idea de paz, el arquitecto Ramirez Vázquez se encargó de distintos asuntos políticos y deportivos para hacer que se mantuviera este objetivo, y que no hubiera ningún inconveniente que hiciera dudar de la esencia de estos Juegos. Recuperó la relación que existía con España, en la que, nos menciona Miguel Angel Lara, había un odio y rencor mutuo de parte de las dos naciones. Después de un acuerdo con el presidente Franco, se definió la relación entre ambas partes.

Otro punto importante que mantuvo el ambiente de paz durante el evento, fue que en el momento en el que Avery Brundage, quien era el presidente del Comité Olímpico en Estados Unidos, anunció que no quería que atletas de raza negra participaran en los Juegos, y Ramírez Vázquez no permitió que hubiera discriminación de ningún tipo e ignoró la petición. Tiempo después, Tommie Smith, uno de los atletas, agradeció este gesto.

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Conmemoración del Evento Deportivo

El pasado 12 de octubre se cumplieron los 50 años de la inauguración de los Juegos Olímpicos, y se realizó un evento conmemorativo en la UNAM. Se invitaron a distintos atletas que participaron en el mega evento del 68, y se incluyeron a deportistas jóvenes para competir como exhibición en disciplinas de atletismo, natación y tiro con arco.

Uno de los testigos principales fue Ernesto Santillán, quien comenta que el evento consistió en pequeñas competencias que fueron transmitidas por los medios de la UNAM, Canal 11 y Canal 22, y al que sólo asistieron unas 200 personas. Posterior al exhibición atlética, hubo una ceremonia en la que muchos de los atletas reconocidos en el 68 participaron, para dar paso después a una gala exclusiva con todos los invitados élite.

La escasa difusión por parte del Comité Olímpico Mexicano, y la mediocre estrategia de comunicación por parte de la UNAM, no permitieron que el público conociera de la ceremonia y del resto de los eventos. No hubo publicidad que promocionara y diera a conocer las actividades para conmemorar esta importante fecha.

A los atletas invitados por la UNAM, se les confirmó con una semana de anticipación. Quienes asistieron al estadio fueron, en su mayoría, familiares de los competidores. Los encuentros deportivos se tuvieron que acortar porque se empalmaban con la ceremonia, justo por la falta de planificación, y los atletas élite eran escasos; muchos eran solo turistas estadounidenses que no formaban parte del grupo, y ni siquiera eran deportistas.

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La gala que se realizó para al final del evento fue exclusiva. Tanto, que quien no estuviera involucrado en el evento “élite”, jamás tendría conocimiento del mismo, solo los atletas que formaron parte de la ceremonia fueron invitados; los participantes en los encuentros deportivos no asistieron.


Aunado a los eventos deportivos se realizaron actividades culturales: un recital de Sonia Amelio en el centro Cultural del Bosque el 31 de julio; una puesta en escena Olimpia 68 en el teatro Julio Castillo y en el Centro Cultural del Bosque del 23 de agosto al 14 de octubre; una exposición de la “Olimpiada en México 68, 50 aniversario”; un concierto que llevó el nombre de Uniendo Continentes, interpretado por la Orquesta Sinfónica Nacional en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, el 12 y 14 de octubre; una presentación del Ballet Folklórico de México con un recital de los cinco continentes el 15 de octubre; y una muestra en la sala de exposiciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y en la Metro-Galería, estación del metro Bellas Artes, titulada “Olimpiada Cultural México 1968”, todos estos eventos también tuvieron poca difusión y mínima presencia en redes sociales.

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México 68 vs. México 2018

Miguel Ángel Lara, profesor en la Universidad Iberoamericana, y quien es experto en el tema, menciona que en el caso de la conmemoración de este año, la agenda setting se la llevó el nuevo aeropuerto, el presidente electo y la marcha conmemorativa de la matanza del 68, la que venía arrastrando muchos temas del descontento del pueblo mexicano, por lo que el evento deportivo quedó en segundo plano.

“El movimiento estudiantil se cuenta solo, pero un evento como el 68 necesita de marcas, necesita otro tipo de estrategia… faltó la necesidad de comunicarlo bien”, menciona Lara, porque en realidad la gente ha estado al pendiente de las cosas que ocurren pero si no están en la agenda, no hay manera de que haya una buena difusión. “El 68 está olvidado deportivamente; simbólicamente, ahí está”, pero en realidad las personas no le dan la importancia que tiene ya que, están completamente hipnotizadas por las malas noticias, y prestan atención a otros temas.

Es evidente que el cambio se tiene que hacer desde las organizaciones deportivas y desde el gobierno para que haya mucho más apoyo económico y una renovación del sistema deportivo que existe en México. “Si queremos un nuevo deporte, es el momento de tumbar las viejas estructuras y hacer cosas nuevas para que el deporte mexicano vuelve a resurgir”. Pero en realidad el interés está en otro lugar. Somos una sociedad tan ‘atrasada’ que no nos damos cuenta que el hecho de apoyar al deporte le traería muchos beneficios a la sociedad.

México 68 dejó “un legado que se ha ido perdiendo y el poco fomento al deporte, porque no ha habido una explosión deportiva mexicana y se ha «futbolizado» la sociedad y se ha neurotizado en un deporte que no nos ha entregado nada… La atención se ha perdido a otros deportes que han dado más, como los llamados deportes de alto rendimiento, los deportes olímpicos”.

Por dar solamente atención al fútbol la gente se le ha olvidado de una parte muy importante de la historia: “si niegas tu historia, niegas tu nación, niegas tus principios. Negar tu historia es negarte a ti mismo”, y es injusto lo que se están haciendo al no darle la importancia que merece el aniversario de este acontecimiento deportivo, ya que «conmemoramos nosotros el primer mega evento deportivo que coronaba la era económica más importante del país”, agregó Lara.

Tenemos que recordar las cosas positivas de las que estamos hechos para poder avanzar y no quedarnos en el mismo círculo vicioso. “Si tienes un buen deporte, seguramente tienes una sociedad muy estable. Quien hace renacer el deporte es su esencia y los deportistas. Los que estamos alrededor de los deportistas solamente debemos enorgullecernos de sus logros y qué estamos ayudándolos a hacer las cosas bien, pero es el deportista el que debe hacer cambiar esto”, concluyó.

Por: Alejandra Guizar Bistrain

Laboratorio de comunicación periodística

Universidad Iberoamericana

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