Cultura y Arte

¿Por qué la cultura sólo es académica en México?

En un país donde el analfabetismo alcanza 26% solo en tres entidades (Chiapas, Oaxaca y Guerrero), hablar de cultura puede resultar complicado. Solo 0.4% de las personas sin estudios acuden a museos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

“El museo se convierte en un espacio para el aprendizaje de las comunidades, encuentras desde la narración de la obra artística hasta la narración de otros eventos de historia natural, tecnológica o economía”, dijo Manuel Montes Serrano, colaborador del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y director de la Escuela Nacional de Iniciación Artística número 1.

El acercamiento a la cultura en nuestro país es algo que ha preocupado al gobierno que se despide este 1 de diciembre, con 4.4 millones de actividades artísticas y culturales y un aumento al presupuesto cultural de 17%, según el Sexto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto entregado al Congreso de la Unión.

Entonces nos podemos preguntar, ¿cómo se vive la cultura en México?

México es el país que cuenta con la segunda ciudad con mayor número de museos del mundo con 170 museos y 43 galerías, y en todo el país hay más de mil 156 museos. Podríamos pensar que la cultura es algo que se vive de manera cotidiana, pero no es así. De acuerdo con el portal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se registran 13 millones 254 mil 55 visitas al año en sus museos, y el Producto Interno Bruto (PIB) cultural fue de 3.3% en 2016.

BELLAS ARTES
Notimex Especial, 18 de mayo 2018

A partir de lo anterior podemos decir que la cultura representa para México un gran ingreso económico, por lo que la cantidad de personas interesadas en museos debe ser directamente proporcional a la cantidad monetaria ingresada al país. Y el cuadro parece pintar un panorama positivo en cuanto a los números que genera la cultura.  Sin embargo, en la encuesta “Módulo sobre Eventos Culturales Seleccionados” del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se informó que 35.7% de la población no tiene ningún interés en asistir a las exposiciones culturales.

Con programas que incluyen museos gratuitos los domingos, descuentos para estudiantes, tarjetas de descuentos para eventos culturales o pagar un precio mínimo por la visita, el gobierno ha intentado incentivar a la población a acudir a museos.

Museo de Antropología
James Florio, 11 de Julio 2018

“No basta con hacer el museo de antropología gratuito los domingos; si tu salario es muy bajo, ni siquiera pensarás en ir al museo muy probablemente por lo que implica pagar un boleto de metro de ida y vuelta… aunque no necesariamente los que tienen los niveles de estudios más altos son los públicos más asiduos a los museos”, explicó Alberto Soto Cortés, museólogo e historiador de la Universidad Iberoamericana.

La insuficiencia del entendimiento de la realidad social de los programas que pretenden acercar a los mexicanos a los bienes culturales puede ser uno de los problemas que mantienen a la población ajena a la cultura. El salario mínimo diario es de 88.36 pesos con jornadas laborales de al menos ocho horas. Esta realidad para la mayoría de las personas en nuestro país es lo que provoca que los mexicanos no vean los museos como una opción. No solo se trata del concepto de volver los museos parte del mundo del entretenimiento o del disfrute, sino que su nivel socioeconómico también se vuelve una barrera.

“El museo se convirtió en un espacio de poder para el Estado donde se emitía un discurso único, después este discurso, se convirtió en el discurso para el extranjero, sobre todo en los museos de arte en México, estaba pensado para los extranjeros, no para los habitantes del país”, explicó Montes Serrano

Bajo el esquema planteado anteriormente, los museos, efectivamente, no son considerados espacios de ocio, sino espacios académicos que han creado una barrera con la realidad social que se vive en México. En una encuesta realizada a 150 estudiantes de la Universidad Iberoamericana, 87% ha acudido a museos por motivos académicos.

Y es que 22% de la población, según datos del INEGI, siente que “le falta de cultura” para asistir a los museos y entender el contenido que estos ofrecen. Por lo que asistir a estos espacios se convierte en un nivel de jerarquías en donde el museo y sus elementos son superiores, por lo tanto, ajenos a la población.

“Cuando vas a un museo se necesita un bagaje cultural previo, que solo entrando al recinto no se adquiere”, dijo Soto Cortés

Eso nos lleva a la pregunta, ¿los museos son alta cultura para la población mexicana?

INBA
Gobierno de la Ciudad de México- INBA. Septiembre 2018

Si analizamos la publicidad cultural en el Metro de la Ciudad de México, hay varios eventos anunciados que no están actualizados y ya pasaron, ya sea en el Palacio de Bellas Artes o a exposiciones en museos como el Colegio de San Ildefonso. Pareciera entonces, que la manera más eficiente es a través del mundo digital revisando la cartelera o en redes sociales.

“Uno de los puntos de arranque de la nueva Secretaría de Cultura fue que para los ejes de comunicación de las secretarías se implementara precisamente el uso de los medios para la promoción y difusión de los eventos. Su intención era construir una agenda digital que incluyera todos los servicios posibles de arte en México. Hace no más de un mes se abrió la aplicación de la Secretaría de Cultura, donde viene toda la oferta cultural. A eso se reduce”.  explicó Montes Serrano

Pero en México, según datos del INEGI, sólo aproximadamente la mitad de la población tiene acceso a internet. Cerca de 71 millones de personas tendrían entonces la posibilidad de tener la agenda actualizada en términos culturales mientras que la otra mitad sigue ajena a la situación, y las medidas del gobierno no los contemplan como parte del público objetivo de los museos y eventos culturales.

Si la misma promoción parece segmentar a quién va dirigido el acceso a los bienes culturales, ¿qué pasa con el resto de los elementos?

El montaje de la cultura en sí misma segrega a ciertos segmentos de la población, los edificios opulentos de los museos y el contenido de ellos nos alejan de la idea de ocio. La misma dinámica de los museos en la que no hay un acercamiento a la obra, el pedir silencio en las salas, podrían ser también detonantes de la separación entre la población y los bienes culturales que no sienten como propios.

“Lamentablemente persiste esta mentalidad de elitismo y es una cuestión generacional. Para los jefes de las instituciones prevalece esta idea de baja y alta cultura. La cultura válida es la alta con la ópera y el ballet, y es necesaria, pero la forma en la que se habilita su acceso a la población no está ni democratizada ni pensada para el público general mexicano”, dijo Mónica Martínez Orihuela, directora de Asuntos Internacionales del INBA.

Entonces nos podemos preguntar: ¿qué nos aleja de los bienes culturales?

“El problema es sacralizar los museos… los espacios parecen muy ajenos a las necesidades sociales que tiene la población. Sales de Bellas Artes y el mundo es otro”, dijo Martínez Orihuela

Otro problema evidente en la distribución de museos en el país es la centralización de los bienes culturales en la Ciudad de México. Esto provoca una distancia mayor para todas las personas que viven en el resto de la República, y es que en la Ciudad solamente viven 21 millones 581 mil personas, pero en todo el país viven más de 133 millones. La oferta cultural no es suficiente para satisfacer las necesidades que tiene la nación.

“En muchos ámbitos populares no existen los museos, entonces el acercamiento es completamente nulo. He tenido experiencia dando clases en ciertas ciudades de la república mexicana, y al preguntar cuáles son los museos que conocen, muchos no conocen ninguno. Te dicen, “bueno, ¿vale la casa de la cultura donde montan exposiciones?”. Ahí tenemos una enorme distancia, exceptuando a las exposiciones blockbuster cobijadas por la mediatización, la mayor parte de las personas se mantienen ajenas”, explicó Alberto Soto Cortés, museólogo e historiador de la Universidad Iberoamericana.

FARO
Ricardo Flores, 30 de junio del 2013. Faro de Oriente.

A pesar de la institucionalización de la cultura y las faltas o aciertos que tiene el acercamiento poblacional a la cultura, las expresiones culturales y artísticas siempre encuentran un cauce, siguen siendo parte inherente de la sociedad y una necesidad que sin importar el recinto según estas necesidades.

Desde esta mentalidad se abren nuevos espacios para la manifestación cultural. Si bien la conceptualización del museo en nuestros días necesita una actualización que se adapte a las necesidades sociales que tiene la población mexicana, que distan de la institucionalización del arte y que mantienen este alejamiento, existen “los FAROS”.

La Red de Fábricas de Artes y Oficios, FAROS de la Ciudad de México, que son estos espacios que se contraponen a las Bellas Artes, pero que no deja de ser arte y que está mucho mejor adaptada a la sociedad.

Son lugares donde la sacralización del museo queda de lado, la academización se pierde, pero la expresión y el sentir artístico en una sociedad tan violenta como la mexicana, tienen lugar.

MaryJosé Gómez Tobón

Laboratorio de comunicación periodística

 

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