Religión

Religiosidad alternativa: Santería en la Ciudad de México

Teófila me citó en su casa a las 13:00 horas el 7 de noviembre. Llegué con cinco minutos de anticipación al número 60 de la calle Monclova en la colonia Roma Sur. La calle por sí sola ya tiene un ambiente particular, pues la depresión de los estragos del sismo del 19 de septiembre de 2017 se puede sentir en el aire y se puede observar en las grietas y en los edificios que siguen clausurados hasta la fecha.

Teófila me abrió la puerta y me invitó a pasar a su sala. La casa olía a incienso combinado con otro tipo de hierbas, y en varias paredes había collares de distintas semillas pintadas de colores colgados. Fuera de eso, no hubo ningún elemento de la decoración que llamara particularmente mi atención. Teo me ofreció algo de tomar y mientras iba a la cocina por una jarra de agua me empezó a preguntar de qué se trataba el presente reportaje y en qué me podía ayudar. Platicamos un poco de la ciudad, de la Universidad Iberoamericana, de por qué escogí estudiar Comunicación y poco a poco nos fuimos adentrando en el tema de la santería. Le pedí permiso de grabar el audio de nuestra plática a lo que ella con una risa nerviosa aceptó y el flujo de la plática se desenvolvió de manera muy natural y cómoda.

¿Quién es Teófila Coronado Montiel?

Teófila nació en Atotonilco, Hidalgo hace 48 años, creció ahí mismo y a los 19 años se fue a vivir a Estados Unidos, donde tuvo a su primer hijo y residió allí hasta varios años después. A lo largo de toda su infancia, Teo tenía sueños muy intensos y siempre fue una niña más sensible que el promedio en cuanto a su entorno y siempre tuvo la sensación de estar acompañada por algo que va más allá de lo palpable. Sin embargo, no fue hasta el nacimiento de su primer hijo que descubrió el don que tiene para ejercer la santería. Su primer hijo lo tuvo con un hombre que no quiso saber más de ella en cuanto se enteró que estaba embarazada con apenas 19 años. Los padres de este hombre, es decir, los abuelos del niño sí quisieron acompañarla durante el embarazo y han estado presentes en la vida de su nieto. El niño nació en perfectas condiciones, pero a la semana de nacido comenzó a enfermarse gravemente únicamente los días martes y viernes. Estuvo semanas en el hospital y ningún doctor sabía qué le pasaba hasta que una enfermera cubana le dijo a Teo que sacara a su hijo del hospital y lo llevara a una curación con el brujo de la familia. Teo, desesperada, aceptó la propuesta de la enfermera y aunque escéptica al respecto, llevó a su hijo a casa del brujo cubano para que le hicieran una limpia. Ahí descubrieron que el bebé había recibido la santería negra mandada por la nueva esposa de su padre y que Teófila también tenía habilidades poderosas de santera.

Durante su estadía en Los Ángeles aprendió mucho sobre el brujo cubano que le reveló el don que no había podido identificar y se rodeó de muchas personas con los mismos tipos de habilidades. Teófila comenta que es necesario tener un maestro o algún tipo de guía para aprender a dirigir de manera correcta la energía que los brujos tienen bajo su poder. Si las personas no aprenden a canalizar los servicios que realizan, ya sea para ellos o para alguien más, puede haber consecuencias fatales.

Teófila se autodenomina bruja de santería blanca, pues existen la santería blanca y la negra. La blanca se utiliza para hacer el bien, ya sea personalmente o a distancia para otra persona y la negra es sólo para ocasionar cosas malas. Teo es experta en curaciones, limpias de personas y de casas. Sin embargo, no se dedica a eso, ella trabaja en una empresa de limpieza, pues me comentó que a ella no le gusta prestar sus servicios por dinero a cualquier persona. Ella sólo utiliza su don para curar y limpiar a familiares, seres queridos y a ella misma.

Algunas veces hace excepciones a petición de los seres que habitan con ella. Teófila cuenta que con ella viven dos seres que la cuidan y acompañan a todas partes. Ellos son los que le han otorgado a Teo el poder de curar y de ejercer la santería, me explicó que ellos la eligieron a ella como canal con el mundo de lo palpable y son quienes la advierten y aconsejan sobre varias cosas. El maestro cubano que tenía en California fue quien le reveló la presencia de estos seres, son un hombre y una mujer; y desde que ella está consciente que ellos la habitan, sus habilidades de bruja se han fortalecido.

Hablamos de cómo ella es percibida en la comunidad y mencionó que ha ganado prestigio, pues tiene gran habilidad para hacer limpias y curaciones, incluso algunos de sus conocidos le han mandado personas con situaciones que ella logra arreglar. Es popular dentro de la comunidad santera en la Ciudad de México por sus sanaciones, pero también tiene algunos enemigos que le han hecho santería negra y una vez estuvo a punto de morir.

Teófila conoce a varias personas en el Mercado de Sonora, el centro de santería más famoso de la Ciudad de México, y comentó que la mayoría de los brujos que ofrecen servicios ahí son charlatanes y hay que tener mucho cuidado con eso, pues los procesos de santería mal hechos pueden ser muy peligroso. El Mercado de Sonora sirve más para que las personas compren el material que necesitan para realizar ciertos “hechizos”, pero no es buen lugar para ir a pedir servicios.

Visita al Mercado de Sonora

Fuente: ActualMX

Santa Pérez, local 191, pasillo ocho, Mercado de Sonora. Esas fueron las indicaciones que recibí de Teófila Coronado Montiel el día de la entrevista para visitar en el Mercado de Sonora a una santera buena y no a un “charlatán”, como ella dice.

La excéntrica experiencia comenzó desde la entrada al mercado. Lo primero que hice fue acercarme a uno de los locales situados en el exterior y pedir indicaciones para llegar al pasillo ocho en el interior del recinto. Un gesto de sorpresa y una sonrisa algo traviesa acompañaron las instrucciones de la persona que me explicó cómo llegar, además de advertirme que cuidara mis bolsillos y que no cruzara al otro lado del puente peatonal que se encuentra sobre Fray Servando Teresa de Mier porque estaban “los de la otra banda”.

Teniendo en mente que me estaba adentrando en un mercado donde debía cuidarme mientras me dirigía a un local donde trabaja una bruja para pedirle un servicio de limpia de malas vibras, no pude evitar sentir una mezcla de miedo con adrenalina, ganas de regresarme a mi casa combinadas con la curiosidad de querer entender todo ese mundo. ¿Cómo puede haber un lugar donde las personas asisten como si fueran consultorios médicos a intentar arreglar su vida y saber qué les depara el destino?

Los pasillos ocho y nueve del Mercado de Sonora funcionan así: los locales son consultorios y los chamanes, brujos, santeros o estafadores de lo mismo, son los doctores. Los productos que venden como las velas, los chiles, las hierbas, las esencias, los aceites, los collares, pulseras y anillos son las medicinas y la clientela no les falta. Especialmente en la época de fin de año es cuando más gente asiste a pedir servicios de parte de los santeros, pues empiezan las actitudes de empezar un nuevo año con las mejores vibras, los nuevos propósitos, cerrar y comenzar nuevos ciclos con la ayuda de fuerzas externas.

Entre invitaciones y ofertas por parte de otros locales, logré encontrar el de Santa Pérez. Tiene colgada una lona morada en la parte superior que dice “Limpias, lectura del tarot, chamalongo”. Un mostrador bloquea la entrada y la joven que atiende el puesto me preguntó que qué solución buscaba. Le dije que venía con Santa Pérez y quería realizarme una limpia de malas vibras y deseos negativos.

En cuanto escuchó el nombre de Santa volteó hacia atrás y me dijo que Santa estaba ocupada, que me la podía realizar ella o podía esperar alrededor de 30 minutos. Acepté esperar y mientras observé los distintos productos que venden en el local. Veladoras para cumplir todo tipo de deseos como aumento de sueldo, mejoras en la salud, promociones laborales y los famosísimos “amarres” amorosos. También venden hierbas para hacer tés o quemarlas y utilizarlas como incienso que sirven para limpiar las casas de espíritus negativos que ronden por ahí.

Mientras esperaba a que Santa se desocupara, la joven del puesto me ofreció soluciones para mi vida estudiantil como aceites y cremas untables para la concentración. También me comentó que existe un rito para lograr que un maestro te apruebe en la materia: éste  consiste en escribir el nombre de la materia y del maestro en un papel, quemar el papel con la veladora especializada en “estudios” y dejar que el humo de la veladora envuelva las tareas que vas a entregar a lo largo del curso.

Limpieza de malas vibras

Finalmente salió Santa del cuarto trasero y me preguntó qué necesitaba. Le comenté que Teófila Coronado me había recomendado sus servicios, a lo cual solamente asintió y entonces proseguí a explicarle que necesitaba una limpia de malas vibras. Me invitó a pasar al cuarto trasero donde había dos sillas de plástico y unos muebles llenos de utensilios.

Me pidió que me parara en el centro y me relajara, me preguntó que si había alguien en específico que quisiera hacerme daño, a lo cual contesté que no que yo supiera, me preguntó mi edad, mi nombre y a qué me dedicaba. Mientras yo contestaba las preguntas ella preparaba una especie de molcajete con diferentes plantas y aceites. El resto de la preparación continuó en silencio hasta que se me acercó, se paró enfrente de mi, prendió la “pócima” y empezó a humear. Con el humo comenzó a limpiarme, acercando la humareda a mi cuello, brazos extendidos, piernas y simultáneamente hacía movimientos rápidos con sus manos hacia el exterior.

Cuando la limpia de humo terminó, sacó un huevo, una veladora y un vaso de agua. Tomó el huevo y lo rozó por en medio de mi pecho, en forma circular por mi frente, alrededor de mi cuello, me pidió que me sentara e hizo lo mismo detrás de mis pantorrillas. Por último, rompió el huevo y dejó caer la yema dentro del vaso de agua. Me explicó que se veía algo opaca la yema, por lo que sí tenía algunas malas vibras o malos deseos sobre mí. El color de la yema depende de la intensidad de las envidias, celos o malos deseos que otras personas te estén enviando. Me sugirió comprar una pulsera o un anillo de protección y que pusiera un vaso de agua y algodones con alcohol debajo de mi cama para formar un escudo más fuerte contra cualquier negatividad que pudiera aproximárseme.

Al salir compré una pulsera en su puesto, ella me la curó y amarró con siete nudos, uno para cada día de la semana. Me dijo que si la pulsera llegara a desamarrarse rápidamente es porque los nudos habían absorbido los impactos negativos. A la fecha, sigue bien puesta mi pulsera. El servicio me costó 300 pesos y la pulsera 100.

Durante mi salida del mercado, logré observar que todos los locales venden prácticamente lo mismo, pero algunos también venden animales como gallinas, ranas, ratones, colibríes y serpientes. Yo decidí pedir lo más sencillo porque entre que es placebo o es jugar con el “más allá”, mejor no me meto. Sin embargo, puedo afirmar que es una experiencia sumamente interesante y visitar el mercado es un viaje a otro mundo.

La Santería en general es un tema tabú y poco hablado; sin embargo, es sorprendente la cantidad de personas que acuden a ella para solucionar sus problemas personales, buscar ayuda psicológica o amorosa e incluso conseguir trabajo o aumentar sus sueldos. La principal razón que motiva a las personas a utilizar servicios de santería son los problemas de amor. Lo más pedido en el Mercado de Sonora son los amarres de pareja y los aumentos de sueldo, además la época más saturada del mercado y de los santeros es durante noviembre y diciembre, pues es cuando las personas más se sienten más motivadas para hacer cambios en su vida.

La santería es la respuesta para distintas cuestiones que la gente considera están fuera de su alcance para lograr un cambio y lo que buscan es canalizar la fe y los poderes de fuerzas externas para lograrlo.

Ana Ballesteros Loperena
Laboratorio de Comunicación Periodística
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