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Pole Fitness: el deporte del siglo XXI

Actualmente el Pole Fitness y las disciplinas relacionadas con este ponen en tela de juicio la reputación de quienes lo practican. Sin embargo, tanto sus orígenes como sus objetivos dicen todo lo contrario.

A pesar de haberse consolidado como deporte a finales del siglo XX, el pole fitness se encuentra aún envuelto en un sinfín de tabúes por la asosiación que tiene con el striptease. Sin embargo, esta práctica se ha llevado a cabo desde tiempos muy remotos; por ejemplo,  en la India desde 1135 los luchadores realizaban ejercicios similares utilizando tubos gruesos para desarrollar la fuerza, flexibilidad y resistencia. Posteriormente en China se agregó acrobacia a la misma, cabe recalcar que hasta este momento era una práctica exclusiva de hombres. Fue precisamente hasta el siglo 20 que la concepción de ésta discplina cambió al llegar a occidente como “Burlesque”  cuya finalidad era utilizar a la mujer para entretener a los hombres con bailes eróticos.

La primera escuela de Pole Dance, fue fundada en 1994 por Fwania Dietrich y no fue hasta 2005 que se llevó a cabo la primera competencia de este deporte en Ámsterdam. Finalmente en 2012 se emitió una propuesta al Comité Olímpico para que se pudiera reconocer como deporte olímpico, petición que, hasta la fecha, no ha tenido ningún resultado. Es importante destacar las diferencias entre las distintas formas  éste deporte. El pole dance, por ejemplo, se destaca por utilizar el baile como manera de expresión mientras que el pole fitness se concentra en la técnica y en la fuerza. Por otra parte existe el pole aeria, que combina el uso de telas con baile en el tubo. El tipo de tubo que se utiliza en las tres puede ser fijo o giratorio; el último implica más fuerza por el impulso.

El arquetipo generado alrededor del pole fitness ha impedido que las personas conozcan de qué va éste en realidad. Además, las consecuencias de ésta concepción errónea afectan tanto a hombres como a mujeres. En el caso de ellas, como se menciona anteriormente, se cataloga como una práctica promiscua o de poca clase mientras que en el caso de los hombres su sexualidad queda en tela de juicio.

La mala recepción de este “nuevo” deporte tiene sus orígenes en distintas perspectivas. Por un lado, la relación con el striptease ya que las deportistas necesitan vestir de top y licras con el fin de permitir que la piel esté en contacto con el tubo y se adhiera a éste con la fuerza del mismo cuerpo; y por el otro se encuentra  la falta de información que existe sobre el deporte. Aunado a esto, los roles de género establecidos en la sociedad mexicana altamente influenciada por el machismo agravan directamente este problema.

Mujeres y niñas de las edades 15 a 60 años asisten al estudio de pole fitness localizado en Carlos Arellano número 6 en Ciudad Satélite, Estado de México. Dynamics Pole Fitness Studio tiene dos cabezas: Jimena Barrientos y Nora Barrientos. Las frases que rodean el estudio de pole fitness impulsan a estas deportistas a adueñarse de su cuerpo y liberarse. Lemas como Failure is not defeat until you stop trying (La derrota no significa fracaso hasta que dejes de intentarlo) y Don´t make me walk when you want to fly (No me hagas caminar cuando yo quiero volar) figuran dentro de ellos. La comunidad que se ha formado en Dynamics Pole Fitness Studio es una de las razones por las cuales, a pesar de los prejuicios, siguen asistiendo mujeres de distintas edades y contextos.

Se recopilaron algunos testimonios de las deportistas del estudio para conocer su experiencia siendo practicantes del pole fitness y esto fue lo que sucedió:

“Me llamo Renata Rivera. Tengo 41 años y tengo dos años y medio practicando pole fitness. (…) desde mi papá que fue de ‘¿cómo mi hija va a estar haciendo tubo de verdad?’”

Las gratificaciones superan los malos ratos, pues durante los 90 minutos de clase, recuperan su cuerpo y se adueñan de su sexualidad. Cada día es un reto que deberán superar, siendo ese reto en ocasiones ellas mismas. La constancia y el apoyo entre las mismas deportistas dentro del estudio es de gran importancia para que cada día se superen.

¿Por qué lo practican?   “Porque me encanta. Porque de verdad es un reto. Porque me hace feliz. Porque me libera. Porque disfruto. Porque tengo muchas amigas. Porque tengo un gran grupo aquí de entrenamiento. Porque sí. (…) Cada experiencia es diferente” cuenta Renata Rivera.

Los prejuicios siguen latentes dentro de la conciencia de sus allegados e incluso en la mente de las deportistas. En los primeros meses de empezar a practicar el deporte les es difícil romper con los estereotipos o discursos en los cuales mostrar el cuerpo es sinónimo de vergüenza u objeto de placer; sin embargo, al paso del tiempo la mente se trabaja a la par de los músculos y poco a poco la percepción de las deportistas cambia, se libera.

“Las ves llegar todas con miedo, sin fuerza, que no creen en ellas mismas y poco a poquito las ves crecer. Y no nada más tienen resultados físicos, sino también resultados mentales y emocionales. A mí eso es lo que más satisfacción me da, poder ver cómo las niñas van perdiendo sus miedos y prejuicios, y cómo se dejan de juzgar. Entonces les vale si están un poco gorditas, si tienen estrías, si no están duras. Todas esas ideas se empiezan a ir de la cabeza y comienzan a ser más libres en ese sentido; no les da miedo mostrar su cuerpo», explica Indra Sarina,  una de las maestras.

Al preguntarles si se han enfrentado a prejuicios en su círculo cercano por practicar pole fitness, respondieron: “típico de que tus amigos te dicen: ¿bailas sexy?, lo comparan con teiboleras o cosas así”  explica Jennifer en un tono de inconformidad.  Renata secunda, “No subas tus fotos, no las compartas ¿cómo puedes hacer eso?”

“Normalmente cuando alguien te pregunta a qué te dedicas, o qué haces y mencionas pole fitness, pues la gente te dice: ah, teibolera. No, nada que ver. He tenido esos prejuicios tanto en familia que al principio que supieron que lo practicaba como de amigos, personas cercanas… que lo primero que te dicen: ah sí a ver, ¿y me bailas? Entonces como que lo confunden mucho, no es tema sexual.»   Indra.

Es evidente que para estas deportistas ser juzgadas se ha vuelto parte del deporte, esto debido a la ignorancia sobre qué es en realidad el pole fitness. Sin embargo, para ellas es mucho más que eso: “combinas muchos ejercicios: fuerza, flexibilidad, danza que a mí en especial me gusta mucho, acrobacia. Nunca es lo mismo.  Siempre están saliendo cosas nuevas», comenta Indra.

Al trabajar la mente y mirarse en los espejos que rodean el estudio sin vergüenza del cuerpo, éste se transforma. Ayuda a expresar la sexualidad sin ser objetivado; las deportistas se liberan de los roles establecidos en los cuales una madre, hija, abuela, amiga o persona pueden practicar pole fitness sin tabúes.  El pole fitness es un deporte incluyente, tan es así que incluso los hombres se han empezado a interesar por él; y su mensaje en pleno siglo XXI esel siguiente: el pole fitness no se limita a un sólo género o tipo de cuerpo, así como la edad y la condición física tampoco son factores relevantes en su practica; por el contrario, es un deporte que representa la apertura a una nueva forma de autopercepción.

Colaboración para Entre Ladrillos de María Porcayo Jiménez, Laboratorio de Comunicación Periodística de la Universidad Iberoamericana

Fotografías de Arturo Montoya

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