Medio Ambiente

¿A dónde va la basura en CDMX?

Todos los días se desechan un sin fin de materiales, pero, ¿realmente existe conciencia de esto? Cuando se tira algo en el cesto de basura, ¿se piensa en qué pasará con eso? Una sola persona produce alrededor de 17.2 toneladas de basura a lo largo de su vida, tomando en cuenta que en toda la República Mexicana hay aproximadamente 129 millones 482 mil 466 de personas, sólo en México se generan aproximadamente 2 mil 227 millones 98 mil 415.2 toneladas de basura por año. ¿Qué está pasando con toda esa basura?

Según Pablo Téllez, líder del Frente Único de Pepenadores, los desechos de la Ciudad de México son tratados por tres organizaciones y más de 250 mil personas que trabajan en la recolección, la administración y “pepenación” en las plantas de reciclaje. Durante el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas (1998-2000), surgió la iniciativa de cerrar el bordo poniente; sin embargo, se implementaron medidas para alargar su vida útil y siguió funcionando diez años más.

El bordo poniente es un terreno de 370 hectáreas que antes era un lago, pero Salinas de Gortari se lo otorgó a Pablo Téllez, así como su actual cargo, y se hizo un relleno sanitario. Actualmente es un terreno inestable lleno de basura donde aún llegan gaviotas y patos. A dicho bordo arribaban toneladas de desechos del entonces Distrito Federal, que se separaban con el fin de dividir el material para diversas utilidades como material para reciclaje, material orgánico para composta y material para vender a diversas tabacaleras.

De acuerdo con Roxana Téllez, colaboradora de Marcelo Ebrad durante su administración como Jefe de Gobierno, en 2011, Ebrad clausuró el bordo poniente uno de los basureros más grandes del mundo, ubicado en el lago de Texcoco, que recibía 12 mil toneladas diarias de basura. Esto generó una gran crisis en la Ciudad de México y en el sistema de limpia del país.

Se realizó con planes de reducir el impacto ambiental, proyecto que se llevaría a cabo con ayuda de financieras privadas que implementarían la infraestructura para la generación de energía eléctrica. Lamentablemente, los planes de explotar el biogás nunca se llevaron a cabo. La estructura que abarca la generación, la recolección y disposición final de la basura se ha ido transformando hasta crear nuevas estrategias y programas que pretenden privatizar el servicio de limpia en unos años.

Tras el cierre del Bordo poniente se entregó a la Secretaria del Medio Ambiente (Sedema) el manejo de los residuos sólidos y dio a los líderes de pepenadores y trabajadores de limpia nuevas plantas de reciclaje con menor capacidad y sin mantenimiento por parte del gobierno.

Desde las cercanías de Bosques de Aragón el aroma a basura puede sentirse, un penetrante y fétido olor reavivado por el rayo del sol; una mezcla de olores de todos los desechos, que van desde electrodomésticos hasta comida en descomposición. La planta tiene una puerta muy grande por la que entran los tráileres que transportan la basura de las alcaldías a la planta, y desde la entrada se puede ver a los camiones tirando la basura y a personas que están barriendo, escogiendo o moviendo los desechos.

En un recorrido guiado por Pablo Téllez, líder del Frente Único de Pepenadores, se observó que la planta de reciclaje es un lugar muy grande, donde hay montañas de basura, muchas aves, bandas que están girando todo el tiempo, gente trabajando, y otras maquinas que no están en funcionamiento por falta de mantenimiento. Cabe destacar que las personas trabajan sin uniforme adecuado, sin tapabocas, sin botas especiales, ni guantes.

El trabajo que hacen las personas de las bandas es separar la basura; es decir, el material reciclable, como el PET, el vidrio, el papel y el cartón. Posteriormente, ellos venden dichos materiales a empresas, y es gracias a esto que pueden sacar un dinero extra, dado que su sueldo es muy bajo.

Javier Téllez, hijo de Pablo y subdirector de la planta de selección, corroboró que en la basura se puede ver toda clase de objetos que, según él, es culpa del consumismo: “la gente compra y no se detiene a pensar cuanto tiempo de vida útil tienen un objeto. Otro factor que ha hecho que cambie el sistema de limpia es la sobrepoblación en los últimos años han aumentado considerablemente las cifras de residuos que llegan y ya no hay dónde hacer rellenos sanitarios”.

Según el informe de What a Waste 2.0, México ocupa el primer lugar en Latinoamérica en crear basura. Según el Banco Mundial, cada mexicano genera 1.16 kilogramos de basura por día, debido a que su ingreso es medio-alto, y mientras más consumen, más basura se genera. También se debe a que el reciclaje es, en su mayoría informal y realizado por personas que se dedican a él, pero de ahí en fuera la población no se ocupa realmente de ello.

Además la mayor parte de los residuos están dentro de bolsas de plástico que evitan que se puedan hacer rellenos sanitarios, ya que es un material que tarda 400 años en ser asimilado por la naturaleza, genera gases tóxico, olores fétidos y fauna nociva.

El mayor porcentaje de los deshechos que se generan son comida, asequibles a convertirse en composta; sin embargo, al no estar separados y no haber suficientes recursos, se desperdicia, convirtiéndose en un problema ambiental. El problema crece debido a la apatía de la ciudadanía y a la ineficiencia gubernamental para establecer programas y leyes que hagan responsables a todas las partes sobre la situación.

De acuerdo con un abogado de la empresa que promueve dicho proyecto, “P”, fue la pasada administración capitalina, cuando el licenciado Miguel Ángel Mancera otorgó la licitación y firmó el contrato que daría luz verde al proyecto de la planta de termovalorización; que convertiría 4 mil 500 toneladas de deshechos diaris en energía eléctrica que sería utilizada para abastecer al Sistema Colectivo de Transporte Metro. Es decir, que el Metro sería movido con energía proveniente de la basura.

El abogado también comentó: “la inversión sería privada, por lo que no correría por cuenta de la Ciudad de México; el gobierno solo pagaría 2 mil 686 millones de pesos al año más IVA, que equivale a gasto corriente que hoy paga a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por el consumo de energía eléctrica del Metro [2 mil millones de pesos], más el pago que hacen por el traslado y disposición final de las 4 mil 500 toneladas de Residuos Sólidos Urbanos que actualmente se llevan a rellenos sanitarios [686 millones de pesos], y que serán los que procese la planta”.

Según “P”, este proyecto, impulsado por la empresa Veolia, busca “mediante una incineración cerrada y controlada, convertir 4 mil 500 toneladas de residuos sólidos urbanos de la Ciudad de México [de las 12 mil toneladas que se generan diariamente] en energía que pueda ser aprovechada. De esta forma se busca eliminar los rellenos sanitarios y tiraderos a cielo abierto que emiten gases de efecto invernadero, y que representan un problema de salud pública debido a su saturación”, comenta “P” (?).

“P” también menciono que la planta de termovaloración actualmente se encuentra suspendida, porque una Sala del Tribunal Contencioso Administrativo de la Ciudad de México otorgó la suspensión del contrato. A pesar de las declaraciones de algunos medios, en las que aseguran la cancelación del proyecto debido a que, durante su campaña, Claudia Sheinbaum se declaró en contra por el alto costo que representaría para el gobierno; la planta continúa, ya que Veolia considera que esta suspensión es improcedente, y buscara impugnar. De hecho, aún lo ven como un proyecto viable y que sigue en pie.

El problema de la basura debe ser prioritario para la sociedad; sin embargo, habrá que esperar que nuevas soluciones sean propuestas en esta administración, para el manejo de los residuos sólidos en la capital de México.

 

 

Texto y video por: Grisell Téllez Rodríguez

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