En la escena artística contemporánea, el trabajo de la socióloga y artista noruega-nigeriana Frida Orupabo (1986, Oslo, Noruega), funge como protesta contra la hipersexualización de los cuerpos afroamericanos, y de modo particular, de la hipersexualización del cuerpo femenino, pues captura a través de su obra, las relaciones raciales familiares, el género, la sexualidad, la violencia y la identidad.
Sus antecedentes en estudios sociológicos permiten que su práctica se arraigue en el estudio de la sociedad con una fidelidad auténtica, en la que se ven reflejados los patrones de las relaciones humanas y la interacción social. Haciendo uso de la repetición y las comparaciones decisivas, las caras, y las figuras repetitivas, reconstruye espacios y temporalidades, con los que pretende investigar cómo damos forma a las estructuras sociales. Su trabajo celebra el melodrama negro y las líneas de género, que cada vez, y con más frecuencia, se difuminan.

Orupabo recrea escenas de intimidad, angustia, sensualidad y placer, en las que las figuras transforman y distorsionan los cuerpos masculinos y femeninos. Mismos que, con frecuencia, son retratados con torsos musculosos y pechos planos, con las piernas extendidas para dar luz a bebés que gritan, atravesando las limitaciones físicas tradicionales y las fronteras construidas de masculinidad y feminidad. Sus retorcidas narraciones abarcan tramas ruidosas y enraizadas de una película de Nollywood (la industria cinematográfica nigeriana) con las que la artista solo busca provocar al espectador invitándolo a mirar con otros ojos.



Frida Orupabo ha encontrado en las plataformas digitales el espacio idóneo para difundir su arte, ha comenzado a extender su presencia en el mundo digital, en redes como Instagram, Facebook, YouTube y Tumblr.
La artista resignifica en cada una de ellas las imágenes coloniales que pudieron haberse quedado congeladas en una sola sala de museo, para que se reflejen infinitamente en la esfera digital. Su trabajo ha sido expuesto en el Serpentine de Londres y en la galería de Gavin Brown en Nueva York, entre otras instituciones prestigiosas como el Moderna Museet en Estocolmo, el Museo de Arte e Historia de Neuchatel, y el Kunstnernes Hus de Oslo.
Actualmente vive y trabaja en Oslo, Noruega.