Estudios realizados durante la pandemia del COVID-19 en China y en Estados Unidos demostraron que las mujeres se contagian menos, y presuponen recuperaciones más prontas que los hombres, debido a la producción de estrógenos (hormonas del sistema reproductor femenino).
La variable genética todavía no es definitiva, pero ha abierto la posibilidad de utilizar y/o considerar las hormonas como parte de los tratamientos de cura.
Por el momento, siguen siendo factores determinantes: los problemas de obesidad, las complicaciones respiratorias, la hipertensión, y la edad avanzada indistinto del sexo.