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Violencia de género; un monstruo bajo la cama de la 4T

Ni el neoliberalismo, ni el “PRIAN”. A dos años del inicio de la aclamada 4T, la violencia de género en el país sigue presente y tomando fuerza.

Ya son dos años desde la prometida transformación del país, dos años desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió remoldear al país con su “cuarta transformación”. Pero la única “transformación” que hemos visto en materia de género, ha sido el disparo en el número de feminicidios que no para de crecer.

En México, la violencia de género sigue siendo el monstruo bajo de la cama, una realidad incómoda que muchos intentan negar y a la que muchos otros intentan cegarse. Sin embargo, las cifras cada vez mayores, hacen que esto sea imposible de ignorar.

Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a julio del 2020, fueron asesinadas dos mil 240 mujeres en el país, una cifra que representa un aumento de 7.7 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior.

De acuerdo con cifras presentadas por el Secretario de Seguridad Pública Ciudadana, Alfonso Durazo, en enero hubo 74 feminicidios, en febrero, 92; en marzo, 78, en abril, 73 y en mayo también 73, pero en junio el número se disparó hasta los 99 feminicidios.

Pero a pesar de los hechos, el discurso oficial se mantiene alienado de esta realidad, ya que dijo el presidente en una de sus conferencias matutinas, “nunca se había protegido tanto a las mujeres como ahora”. Sin embargo, el gobierno federal realizó recortes y desapareció 11 programas que combatían la violencia contra las mujeres.

 A la Comisión Nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres (CONAVIM) se le restaron 37 millones de pesos, mientras que el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) realizó un recorte presupuestal de 75 por ciento, una disminución equivalente a 152 millones de pesos.

Esto, se da después de que circulara en abril una tarjeta informativa de Segob, donde aseguraba que “ninguno de los programas de prevención y atención de la violencia contra las mujeres se vería afectado por el decreto de austeridad”.

«Poof» ¿desaparece la violencia?

“Ya no hay torturas, desapariciones, masacres, se respetan los derechos humanos, se castiga a los culpables sea quien sea, ya no hay en el gobierno federal funcionarios como García Luna.” aseguró el Presidente López Obrador durante su segundo informe de gobierno.

Nosotras tenemos otros Datos, una red feminista creada para combatir la minimización de la violencia en la retórica presidencial, documentó que al menos en 22 entidades del país, las acciones gubernamentales ante la alerta de violencia genero contra las mujeres, es escasa o inexistente, ya sea por falta de recursos o por falta de orientación.

Un memorial en la Antimonumenta del feminicidio, ubicado frente al Palacio de Bellas Artes. (FOTO: Cuartoscuro/Andrea Murcia)

Según señalan, gran parte del problema proviene del peligroso discurso de López Obrador, pues al negar la violencia, también se revictimiza a las mujeres, y con ello se difunde la normalización de la violencia de género.

Tanto su gabinete como la población, puede tomar sus palabras como “directrices” para omitir la importancia de la atención de la violencia de género, e incluso, puede reflejarse en un incremento de agresiones e impunidad en los delitos.

Por ejemplo, María Salguero Bañuelos, responsable del portal Los Feminicidios en México, quien desde 2016 inició el Mapa de Feminicidios en México, expuso que las familias de las víctimas reportan deficiencias en las investigaciones por parte de las fiscalías o procuradurías que llevan los casos.

No solamente fallan en el manejo con perspectiva de género de estos casos, (como establece la normatividad), sino que tampoco recaban adecuadamente la evidencia (pues la pierden o la contaminan), y además revictimizan a las mujeres y sus familias durante el proceso.

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