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Contraste entre movilizaciones: un sentimiento común

México se enfrenta a problemas mayores que la pandemia. El descontento social con las autoridades es algo que une al Bloque Negro y a FRENAAA. Sin embargo, cada manifestación tiene una forma muy particular de expresar lo que quiere.

Acusaciones sobre traición, reclamos de dimisión inmediata y gritos viscerales, son las características de FRENAAA. Mientras que el Frente Ni Una Menos propone un refugio que da cara a la negligencia gubernamental en materia de violencia de género. La voz de la calle la caracterizan las distintas exigencias que contrastan entre flancos, pero juntas conforman un sentimiento común: hartazgo.

Frente Ni Una Menos. El pasado 4 de septiembre, el autodenominado «Bloque Negro» tomó las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y las convirtió en la Casa de Refugio Ni Una Menos. Ante el abandono de la titular Rosario Piedra Ibarra, las activistas se apropiaron del edificio con el motivo de volverlo un espacio para refugiar a las víctimas de violencia de género. Se estima que hay 50 personas, incluidas las feministas. Intervinieron la fachada al igual que el interior con consignas, fotografías de víctimas de feminicidio y piezas artísticas. Esta toma señala al gobierno la negligencia ante los constantes actos de violencia que atentan contra la mujer.

Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAAA por sus siglas) es un movimiento que busca la renuncia de Andrés Manuel López Obrador. FRENAAA partió desde el Este de Paseo de la Reforma, el pasado 22 de septiembre. Luis Gilberto Lozano, líder de este movimiento, denunció que la policía accionó un convoy para detener su primer objetivo: instalarse en la plancha de la Plaza del Zócalo. El 28 de septiembre se permitió su acceso a las entrañas del Centro Histórico, para finalmente manifestarse frente a la ahora «casa» del señor presidente. Uno de sus principales propósitos es la dimisión pacífica de Andrés Manuel, antes del 20 de noviembre del presente año.

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