Me duele la cabeza
Y desde hace algunas noches
hay un frío que se asoma,
Me recuerda a quien quisiera
Ya no reconocer.
La sombra de un silencio que me observa,
Con risas macabras que me ofrecen
En bailes de sus ninfas el deseo,
el color de su piel mientras me besan.
Alrededor de la furiosa muerte,
Muerte que está hecha de viento.
Puedo ver de sus espaldas
Emanar unas tijeras
Garras sin profundidad
Que nacen de su piel.
Tentáculos de piedra,
Que son como las moiras,
Demonios hechos telares
Foscos, como la sangre.
Arañas que pululan
Dentro de mi vientre,
Algo muy real
Debajo de mi piel.
Telarañas
Que viven en mi cabeza
Y ojos de cuarzo
Que las atraviesan.
Quítenme ya estas garras,
Antes de que la noche
Sea demasiado oscura.
Antes de que yo
Ya no pueda verla.