14 de marzo de 2006. Ese día cambió la historia de los Santos de Nueva Orleans. Presentaron a un quarterback de 27 años llamado Drew Brees que llegaba a ser el pilar del esquema ofensivo de Sean Payton. Después de su accidentado paso por los Cargadores, llegó con muchas dudas a su nuevo equipo. Varios doctores habían dicho que la lesión del hombro que sufrió, le afectaría para el resto de su carrera. A pesar de eso, los Santos decidieron arriesgarse y contratar a Brees.
Históricamente, Nueva Orleans había sido una franquicia poco exitosa en la NFL. Jamás habían alcanzado un Super Bowl y rara vez llegaban a playoffs. Además, la ciudad tampoco había pasado por sus mejores momentos. El huracán Katrina golpeó a Nueva Orleans, dejando cientos de muertos y miles de personas sin hogar. Los Santos tuvieron que irse a jugar esa temporada fuera del Superdomo, ya que sufrió varios daños y fue utilizado como albergue para los damnificados. El futuro del equipo estaba en el aire y se hablaba de que podría mudarse de ciudad.
Drew Brees cambió la mentalidad de los Santos
Apenas en su primera temporada, Drew Brees llevó a los Santos a la final de la NFC, la cual perdieron contra los Osos de Chicago. A pesar de la derrota, ya había conseguido cambiar la mentalidad perdedora del equipo. Tres años después, en 2009, Nueva Orleans conformó un muy buen equipo, que se esperaba que llegara lejos. A pesar de que el MVP de esa campaña fue Peyton Manning, Drew Brees tuvo números espectaculares, lanzando 5,177 yardas y 34 anotaciones.
En el final de esa temporada, Manning y Brees se enfrentarían en un espectacular duelo aéreo en el Super Bowl XLIV. Los Santos de Nueva Orleans acabarían derrotando a los Potros de Indianápolis contra todo pronóstico para levantar el único trofeo Lombardi en la historia del equipo. El triunfo fue más allá de lo deportivo. Los Santos le devolvieron la esperanza a una golpeada ciudad de Nueva Orleans que había sido devastada por el huracán. La imagen de Brees junto con su hijo levantando el título en Miami, quedará grabada en la mente de todos los aficionados de los Santos.
Dominando los récords
A pesar de que jamás consiguió regresar a un Super Bowl, Brees marcó su nombre en los libros de historia de la NFL. Algunos de los récords con los que cuenta son:
- Más yardas aéreas con 80,358
- Más pases completos con 7,142
- Mayor porcentaje de pases completos 67.7%
- Más juegos seguidos con un pase de anotación con 54
Además de poseer todas estas marcas, también ha sido reconocido fuera del terreno de juego. En el 2006, ganó el premio Walter Peyton por su ayuda a la comunidad de Nueva Orleans después del huracán Katrina. La marca que dejó Brees en la ciudad donde se popularizó el jazz, va mucho más allá de los emparillados.