Si a alguien le dijeran que la Copa América, aplazada ya un año entero, iba a cambiar de sede a menos de dos semanas de su inicio, pensaría que la historia es de novela, cuanto menos. Pero no, en un muy poco tiempo la Copa América pasó de ser la de Colombia y Argentina, a solo la de Argentina, a la de Brasil. Los constantes cambios del torneo organizado por la CONMEBOL son un reflejo de la inestabilidad que vive Sudamérica como continente y que resultó en una competencia sobre la que vale la pena preguntarse si debería, siquiera, jugarse.
Colombia: Primera en ser descartada.
El primer país en bajarse como sede para la Copa fue Colombia. 20 años después de la última vez que Colombia fue anfitriona del torneo, el país esperaba volver a tener a las mejores selecciones de Sudamérica en sus tierras. Sin embargo, la crisis social provocada por el paro nacional, en contra del Gobierno de Iván Duque, impidió que la Copa América se jugara en Colombia.

El paro inició el pasado 28 de abril. Día tras día, cientos de colombianos han salido a las calles a reclamar por sus derechos y a pedirle al Gobierno una serie de cambios a nivel económico, social, etc. A la fecha van varias decenas de fallecidos y más de dos mil heridos, según cifras oficiales; aunque la información oficial contrasta con la de algunos medios de comunicación. Sin embargo, es innegable que el país está sumido en una violencia diaria. Por un lado, bloqueos en las vías y alteraciones al orden público; por otro, varias investigaciones abiertas por agresión de parte de la fuerza pública. Mientras tanto, el Gobierno Nacional no ha logrado concretar un acuerdo con el Comité Nacional de Paro para cesar la crisis, y se espera una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al país, para hacer veeduría de la situación.
Este clima social ha afectado el desarrollo de las actividades deportivas, evidentemente. De hecho, la CONMEBOL ya cometió la imprudencia de permitir que se jugaran partidos de Copa Libertadores en Colombia, en medio de toda la situación. Por ejemplo, uno de esos encuentros fue Junior-River, en Barranquilla. Los jugadores del ‘millonario’ ni siquiera pudieron salir a entrenar, porque les afectaban los gases lacrimógenos lanzados a las afueras del estadio. Inclusive, Marcelo Gallardo, DT del equipo argentino, dijo «no es normal venir a jugar un partido de fútbol en una situación tan inestable a través de lo que está viviendo el pueblo colombiano».

La CONMEBOL tomó la decisión de retirar a Colombia como sede de la Copa América el pasado 20 de mayo. Pese a una solicitud del Gobierno para aplazar el certamen, la CONMEBOL no aceptó y decidió, en aquel momento, dejar a Argentina como única sede.
Argentina: El Covid ataca de nuevo.
Sin Colombia en el panorama, Argentina iba a ser nombrada como la única sede para la Copa. Sin embargo, el pasado domingo, 30 de mayo, la CONMEBOL anunció que el país ‘gaucho’ iba a ser descartado, también, como anfitrión del torneo. Esto debido a lo fuerte que está la crisis sanitaria en Argentina por la pandemia.

Para esa fecha, Argentina registró un total 3’753.609 personas contagiadas, con 21.346 casos nuevos, un total de 77.456 fallecidos y 348 muertos ese día. Lamentablemente, la curva de contagios y muertes sigue ascendiendo, e incluso, se registró un promedio de 480 fallecidos por día en el país; tomando en cuenta los cinco días anteriores a que se realizara el anuncio.
A nivel continental, Argentina es el segundo país con más contagios y muertes del bloque, superado solo por Brasil (sede actual del torneo). Por otra parte, el proceso de vacunación en el país sigue avanzando. Según cifras oficiales, se han aplicado casi 13 millones de vacunas; es decir que apenas el 28,9% de la población total del país (44,9 millones aprox.) ha logrado vacunarse.
La decisión de la CONMEBOL de descartar a Argentina para la Copa sincronizó con las declaraciones de la Ministra de Salud, Carla Vizzotti, que había afirmado el mismo domingo que iba a tomarse, en los próximos días, la decisión final sobre la organización del torneo. Sin embargo, la CONMEBOL ya había dado su determinación para esa misma noche.
Brasil: ¿El mejor lugar para tener una Copa América?
Justo después de que la CONMEBOL determinara que Argentina no iba a ser, tampoco, la sede de la Copa, el ente organizador anunció que iba a estudiar algunas propuestas de anfitriones para el torneo. Hubo intenciones de varios países, como Chile o Uruguay, pero Brasil terminó escogida como la sede de la Copa América 2021.

La decisión ha despertado una gran polémica, cuestionando a la CONMEBOL por elegir a Brasil como el anfitrión del campeonato, y no es para menos. El país es el tercero en el mundo con mayor número de contagios y el segundo con mayor número de muertes. Actualmente, su cifra de contagiados asciende a más de 16’624.480, con un promedio de 61.467 casos nuevos día a día. Los muertos ya suman 465.199 desde que inició la pandemia y hay un promedio de 1,881 fallecidos a diario.
Aunque es verdad que la curva de muertes ha bajado en estos días, las cifras siguen siendo muy altas y suponen un riesgo elevado para las selecciones que irán a jugar la Copa. De hecho, FIFPro, el sindicato de los futbolistas a nivel mundial, emitió un comunicado expresando su preocupación por la realización del torneo en Brasil. Además, la organización afirmó que la falta de tiempo de preparación de todos los protocolos de bioseguridad puede ser muy riesgosa para los futbolistas que vayan a jugar. Ante esto, el presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, tachó de injusto el pronunciamiento del sindicato. Y por si fuera poco, la misma Selección brasileña manifestó, a través de su capitán, Casemiro, que el equipo no desea jugar el torneo en su país.

Pese a las críticas, la Copa América tiene, igualmente, el apoyo del Gobierno de Jair Bolsonaro; solo con eso ya es casi un hecho de que nada podrá cambiar a Brasil como el anfitrión del torneo. Además, al recibir la Copa América del 2019, el país ya cuenta con la infraestructura necesaria para albergar el campeonato. Tanto la CONMEBOL, como el Gobierno brasileño, han dicho que se usarán todas las medidas de bioseguridad posibles, pero su efectividad se medirá, por supuesto, durante el torneo.
La Copa América de Brasil 2021 es una muestra de la improvisación de la CONMEBOL por mantener sus contratos comerciales y hacer un torneo tan problemático como los países que lo quisieron albergar. Sin embargo, ahí estará, y siempre una Copa América será motivo de celebración; solo queda esperar que no sea una fiesta a expensas de los millones de muertos que ha tenido el continente todo este año.